1. Los hombres alcanzan su pico sexual a los 18 y las mujeres a los 28.
El pico sexual de hombres y mujeres depende de cómo han venido
construyendo su sexualidad, sobre todo en los hombres, quienes no son
tan hormono-dependientes como las mujeres. Si bien en términos
biológicos y hormonales estos son los momentos en los que el cuerpo se
siente más activo en términos del deseo sexual, la influencia del
ambiente, la crianza, la construcción de la sexualidad en pareja y
muchos otros temas influyen en los picos sexuales. Así que, si bien hay
que tener en cuenta este carácter biológico, si es bueno que se tenga en
cuenta todo lo que influye en la sexualidad de una persona. Por
ejemplo, algunas mujeres a sus 30′s no han tenido mayor experiencia
sexual o han sido criadas de manera muy conservadora, sus picos sexuales
se alcanzarán luego de esta edad. Recuerda: el deseo sexual depende de
la mente erótica de las personas, es decir, esa mente que desea, esa
parte de nuestra psicología que carga las creencias sobre lo sexy, lo
sensual, etc.
2. Él no se intimida por tu vibrador.
Desafortunadamente si hay hombres que se intimidan con los juguetes
sexuales de sus compañeras. Algunos se sienten inseguros cuando se
enteran que su pareja estable u ocasional tiene juguetes sexuales como
un vibrador, el cual tiene un efecto poderoso en la sexualidad y la
intimidad de una mujer. El vibrador no es poderoso por ser un vibrador
en sí mismo, sino porque la mujer sabe cómo usarlo porque se conoce muy
bien a ella misma, por eso en parejas en las que la comunicación no es
adecuada, el vibrador siempre tendrá un mejor desempeño que el amante
real. En cambio, en aquellas ocasiones donde los juguetes sexuales hacen
parte de la vida sexual de una pareja con altos y eficaces niveles de
comunicación en la cama, el vibrador es un excelente compañero y en
términos psicológicos y eróticos se convierte en parte del desempeño del
amante. Si no puedes con el “enemigo” únete a él”.
3. El punto G no existe en realidad.
El punto G sí existe. Se localiza entre 2.5 a 7.6 cm. dentro de la
vagina, entre la uretra y el pubis. Su ubicación varía en cada mujer y
consiste en una parte de la pared superior vaginal en las que hay mayor
cantidad de terminaciones nerviosas. Algunos afirman que existe algo así
en los hombres, ubicado muy cerca de la próstata y lo cual es
responsable de que los hombres disfruten más de la estimulación anal que
las mujeres. Sin embargo, la razón por la que algunas personas no creen
en su existencia, es porque la influencia psicológica en tus
sensaciones corporales es muy fuerte, lo cual hace que la búsqueda del
placer sea diferente en cada persona, pues los prejuicios de pecado,
suciedad y tabúes asociados a la sexualidad puedan cohibir la sensación
del placer de manera bastante significativa.
4. Los hombres no pueden tener orgasmos múltiples.
Los hombres sí tienen la capacidad de tener orgasmos múltiples. Para
todos los hombres es importante que puedan diferenciar entre el orgasmo y
la eyaculación, que no son lo mismo. El orgasmo es básicamente la
sensación fuerte y placentera que se siente justo antes de la
eyaculación. Es importante que el hombre se conozca muy bien frente a
esta situación y pueda percibir la diferencia entre el orgasmo y la
eyaculación, ya que estos dos momentos son demasiado cerca. El
identificar ese pequeño momento de “no retorno” justo antes de la
eyaculación, puede entrenarse su retroceso y poder experienciar el
orgasmo sin la eyaculación.
5. El tamaño sí importa.
El tamaño del pene de los hombres es uno de los elementos más
comentados en la literatura sobre la sexualidad. Podríamos decir que el
tamaño importa y, al mismo tiempo, podríamos decir que no importa. ¿Por
qué no importa? No importa porque en términos fisiológicos la
elasticidad de la vagina en la mujer permite que diferentes tamaños la
estimulen de manera adecuada. En cambio, en términos psicológicos, sí
importa, ya que las creencias culturales afectan tanto la mente erótica
(es decir la percepción del placer que se tenga) tanto la seguridad del
hombre cuando tiene la creencia de que su pene es muy pequeño para dar
placer.
6. Es imposible contraer una ETS si estás en el agua.
Claro que es posible contraer una enfermedad de transmisión sexual si
estás en el agua. Ya que hay contacto entre las mucosas por medio de
las cuales hay esa transmisión. NO CONFÍES NUNCA EN ESTE MITO.
7. Es imposible quedar embarazada si tienes el periodo.
Sí es posible que exista embarazo durante el periodo. De hecho, esta
es una de las fuentes más frecuentes de embarazos no deseados. Aunque la
probabilidad es baja, DE TODOS MODOS HAY PROBABILIDAD. La vida útil de
un espermatozoide puede ser hasta de una semana dentro del útero aún
siendo fértil. Claro, son casos muy extraños, pero los hay. No te
confíes.
8. Ver porno es cosa de hombres.
Que el porno es una cosa de hombres es una creencia fundamentada en
que la mayoría de su público es masculino. Sin embargo, gracias a como
ha venido evolucionando la dinámica sexual femenina, el público femenino
es cada vez más frecuente. Además, hoy por hoy se tiende a la inclusión
de las películas en la sexualidad de la pareja. Sin embargo, hay algo
claro, mujeres, si quieres incluir esto dentro de la dinámica de la
pareja actual, no temas, ya que la pornografía en general está producida
en un lenguaje muy masculino. En cambio, hombres, si deciden sorprender
a su pareja con estos contenidos, incluyan cine erótico o soft-porn,
que está diseñado para sugerir en lugar de exponer tanto. Este es un
mito falso, pues el porno es una industria y como industria apunta a
cada género. ¡Aprovéchalo para mejorar tu sexualidad!
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